Estoy sentada en un jardín en la casa de amigos en Morille, cerca de Salamanca. Es domingo y me salgo al jardín con un café a oír los pájaros y mirar el verdor de los árboles. Los pájaros me recuerdan mi casa en Nicaragua, ahora lejana y vacía.
Fonte: https://elpais.com/opinion/2025-08-08/gaza-y-la-crueldad.html